En sus primeras palabras, Begoña Gil ha manifestado “el dolor por las víctimas del virus; la solidaridad con sus familias que, en muchas ocasiones, ni se han podido despedir de sus seres queridos; y el aplauso, cargado de orgullo, para todas aquellas personas, hombres y mujeres, que están en primera línea cuidándonos, curándonos, protegiéndonos, abasteciéndonos… personas que aunque nunca lo hayan buscado, hoy son nuestros héroes más cercanos y reales; y son los que van a hacer que salgamos de esta”.

“Un virus -ha dicho- que ha puesto y va a poner patas arriba todo lo conocido hasta ahora, nos ha hecho ver nuestra vulnerabilidad, nos ha recluido en nuestras casas, ha paralizado nuestra economía,… pero también ha sacado lo mejor de nosotros mismos, la solidaridad, la generosidad de quienes están en primera línea; el valor y la fortaleza de los servicios públicos, de nuestro sistema de salud, del Estado de Bienestar que habrá que defender con uñas y dientes, porque sin él no hubiéramos podido enfrentarnos a esta situación y millones de personas habrían estado abandonadas a su suerte”.

A su juicio, también hay que reconocer, con humildad que, desde la política, desde las instituciones, se tienen que adoptar decisiones inmediatas, que afectan a todo un país, con una casuística enorme, a veces inabarcable. Y esas decisiones tienen que ser flexibles para adaptarse mejor a una realidad cambiante día a día… Demasiados Capitanes a-posteriori en un momento en el que sólo sabemos que no sabíamos y que, en todo caso, aprendemos.

“Y lo que sí sabemos es que es el tiempo de la política con mayúsculas, la que construye, la que es capaz de generar espacios de certeza y seguridad, la que apuesta por la reconstrucción y no deja abandonado a nadie… La que pacta a favor del país y la sociedad. También aquí, en las Juntas Generales de Bizkaia, es fundamental buscar acuerdos para poner en marcha, en el ámbito del empleo, no sólo algunas medidas, sino todo un Plan de contingencia que, partiendo de un diagnóstico certero, sea dinámico, evolutivo y susceptible de ser modificado a medida que nuestro conocimiento avance. Un Plan capaz de paliar los impactos en el empleo; y a la vez, capaz de diseñar escenarios de recuperación y regeneración del mismo”.

En este sentido, ha indicado la necesidad de lanzar de manera inmediata un Plan de contingencia que contribuya a adecuar cuantitativa y cualitativamente la oferta y la demanda de empleo y reducir el desempleo. Un plan de choque coherente con las orientaciones generales de la política de empleo, ajustado a las necesidades del Territorio y favorecedor de las iniciativas de ámbito local. Es una apuesta por la intermediación, proporcionando a los trabajadores un empleo adecuado a sus características y a los empleadores los trabajadores más adecuados a sus requerimientos.

Y es una iniciativa para desarrollar políticas activas de empleo mediante programas de orientación, acompañamiento, experiencia profesional, programas mixtos de empleo y cualificación profesional de las personas desempleadas.

Todo ello porque, entre otras cosas, vamos a necesitar orientar a los trabajadores de las actividades en las que la demanda se ha visto más afectada (hostelería, restauración, comercio, turismo, transporte,…) hacia otras donde la demanda ha aumentado o puede hacerlo potencialmente.