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Besarkatuz: encuentro con la candidata Teresa Laespada

El lunes, 6 de marzo, tuvo lugar en Bilbao el primero de los encuentros Besarkatuz. Besarkatuz es una iniciativa de diálogo y escucha de la candidata socialista a Diputada General de Bizkaia, Teresa Laespada, para promover en nuestro Territorio Histórico un pacto intergeneracional, el pacto que lleva este mismo nombre: Besarkatuz. Un acuerdo entre la experiencia y la energía innovadora, entre el conocimiento y la curiosidad. Bizkaia tiene un enorme capital humano de todas las edades. El objetivo es desarrollar una serie de iniciativas que conecten el talento y la ilusión de todas las personas considerando su edad, sea la que sea, como un valor que suma.

 

Relatoría gráfica

En la apertura del acto, la candidata Teresa Laespada destacó la importancia de este tipo de encuentros, que ponen de relieve el papel fundamental de la comunicación en la democracia. La sociedad está viviendo cambios significativos, acelerados en los últimos años por circunstancias excepcionales, como la pandemia o la guerra de Ucrania. Europa sabe que corresponde a la política liderar estos cambios para cumplir el objetivo de no generar brechas entre las personas y está haciendo una buena labor para afrontar los desafíos digitales, medioambientales y demográficos.
Laespada destacó no obstante que estos factores tensionarán los sistemas de protección social y subrayó la especial situación de vulnerabilidad de Euskadi, que presenta la pirámide de población más envejecida de Europa. En este sentido señaló que no es suficiente apostar por el fomento de la natalidad o la conciliación, porque vivimos en sociedades profundamente edadistas en las que los niños estorban. Hay que pactar socialmente un cambio de valores.
Otro aspecto clave para la candidata es la imprescindible entrada de inmigrantes en el sistema. Respecto a este tema, Laespada destacó la importancia de contar con una mirada global y conectada para conseguir una política de inclusión en condiciones plenas, sin perder de vista el peligro que representa el auge de la ultraderecha en algunos países de Europa, Brasil o EEUU.
Antes de dar paso al diálogo abierto con las diferentes personas invitadas al acto, Teresa Laespada cedió la palabra a Guillermo Dorronsoro, consultor especializado en Estrategia y Gestión de la Innovación, quien puso sobre la mesa el cambio de paradigma que exigirá a corto plazo la jubilación del segmento demográfico denominado “Baby Boom”. A su juicio, este reto pasa por subir los impuestos un 30%, reducir los servicios públicos en el mismo porcentaje o hacer las cosas un 30% mejor.
Dorronsoro destacó también el riesgo real de enfrentamiento y fractura social, con unas administraciones públicas muy presionadas, tanto por las generaciones más senior como por la juventud y el mundo empresarial. Ante esta situación señaló la necesidad de trabajar para construir pactos entre la sociedad y quienes construyen empresa, entre el sector público y el privado, fomentando la conversación y el diálogo. En la misma línea, invitó a imaginar una sociedad distinta, construida entre todos, un desafío que requerirá de liderazgo y en el que la política deberá desempeñar un papel fundamental.
Tras esta introducción fueron tomando la palabra las personas invitadas al encuentro en representación de la ciudadanía, para explicar tanto sus preocupaciones del día a día como aquellos aspectos que, a su juicio, la clase política tendrá que colocar en su agenda para afrontar retos de futuro.

Visión de la sociedad
Necesitamos una democracia económica que se articule en torno a un pacto de rentas y afronte las relaciones entre pensiones, salarios privados, salarios públicos y beneficios empresariales.
Igualmente necesario sería un pacto intergeneracional. El patrón de envejecimiento ha cambiado y las administraciones tienen que generar modelos que no estén únicamente basados en razones de edad. Las jubilaciones del “Baby Boom” van a disparar las necesidades de apoyo. Es necesario matizar la creencia de que todo el mundo está mejor en su casa. La tecnología y sus posibilidades aplicadas a las viviendas asistidas son una ayuda, pero la parte mental y psicológica no se está teniendo en cuenta. Hay un problema de culpabilidad que afecta a los hijos de esas generaciones, especialmente a las mujeres, y falta profesionalidad entre quienes tienen que hacerse cargo de las personas mayores.
Existe la necesidad de actuar donde empieza y acaba la vida. Es fundamental evitar que se haga negocio con los seres humanos en temas tan importantes como la fertilidad  o los modelos de atención a la tercera edad.
Otro ámbito de actuación pasa por apoyar al entorno rural, que está desapareciendo y requiere de medios sanitarios y educativos, así como de condiciones de trabajo dignas. Es una alternativa interesante para explorar, en la que actualmente no existe relevo generacional.
Como sociedad seguimos afrontando problemas nuevos con formatos tradicionales y eso no funciona. Es necesario redimensionar las soluciones. A corto plazo existe también el riesgo de la disgregación cultural, porque muchas de las personas que van a marcar nuestro futuro no se han educado aquí, vienen con sus propios valores y su cultura.
Se percibe además un cierto escepticismo generacional hacia la capacidad de la política para solucionar los problemas de la sociedad, bien porque la clase política tiene a veces las manos atadas, bien porque no dispone de las herramientas necesarias.
Entre la juventud hay mucha desilusión. Se trata de un sector académicamente cualificado que sigue teniendo que aceptar ofertas de trabajo muy mal retribuidas. No es sencillo vivir con sueldos de mil euros, asumiendo subidas constantes en los alquileres. Las mujeres todavía se enfrentan a que se les pregunte si tienen previsto quedarse embarazadas y la conciliación sigue siendo un interrogante. Los problemas de salud mental van en aumento, pero para resolverlos hay que acudir a la sanidad privada. Se trata de un problema de individualismo social.
Vivimos mucho mejor que en las décadas anteriores, pero no debemos caer en la autocomplacencia. Si somos capaces de atacar el problema de la vivienda y el tema salarial, muchos de los otros parámetros mejorarían por sí solos. Debemos analizar bien de dónde parten las distopías colapsistas y apostar por un punto de utopía que nos permita construir una sociedad solidaria, plural y políglota.

Educación
Además de atraer y retener talento para revertir el envejecimiento de la población o facilitar el acceso de las personas jóvenes al mercado laboral, se necesita incorporar a la formación dual aquellos aspectos en los que Euskadi ofrece un valor añadido. Bilbao es un modelo internacional en cuanto a regeneración urbana, pero no existe ningún tipo de institución académica que permita sacar provecho de todo este conocimiento. Hay también un margen amplio de mejora en la UPV/EHU, porque actualmente resulta muy endogámica, cerrada y poco atractiva comparativamente con lo que se ofrece en otros países.
Uno de los problemas actuales en este ámbito es la rigidez. El sistema tiene que ser flexible, intergeneracional, permitir el acceso de personas de todas las edades y no quedarse en los titulares.
Por otra parte, somos conscientes de que faltan profesionales a todos los niveles pero seguimos poniendo barreras para acceder a determinadas carreras. También en este caso, se hace necesario un pacto público-privado concretando muy bien los condicionantes.

Vivienda
Aunque la política pública de vivienda en Euskadi es mejor de lo que parece, sigue resultando muy cara, tanto en propiedad como en alquiler. Esto está directamente relacionado con el empleo y la fiscalidad.
Respecto a este tema, Teresa Laespada se mostró partidaria de la creación de un pacto de vivienda. La candidata explicó que en España el modelo tiene que ser exclusivamente social y eso no está funcionando, ya que la consecuencia directa de apoyar los alquileres ha sido una subida del precio que ha repercutido en un mayor beneficio para los propietarios.

Empresa y mercado laboral
Existe una percepción bastante extendida de que en la empresa privada todo es negocio, pero eso es injusto. Las compañías generan beneficios para accionistas, clientes, empleados, proveedores y sociedad en general. Estamos en una etapa de transición y, si bien es cierto que las empresas deben entender las necesidades de transformación, existe una cierta tendencia de demonizar lo privado y eso supone dinamitar puentes necesarios para el entendimiento.
Quizá tenemos que dar una vuelta a la falta de condiciones que fomenten la motivación profesional. Hay que recuperar la cultura del esfuerzo, compromiso y recompensa en base a méritos. No deberíamos hablar solo del salario económico, porque desde las empresas se están haciendo esfuerzos en otros ámbitos como la conciliación. Por otra parte, es difícil retener el talento con sueldos mínimos. La diferencia salarial entre la empresa pública y la privada es abismal.
Es necesario además encontrar el equilibrio entre la situación anterior, caracterizada por los trabajos para toda la vida, y la actual, en la que todo es incertidumbre y volatilidad.

Inmigración
Existe una alta vulnerabilidad derivada del desconocimiento del idioma. Las personas que llegan a nuestro país tienen un obstáculo real para acceder a recursos que les permitan mejorar sus posibilidades de integración. Como sociedad tenemos que habilitar sistemas ágiles capaces de romper esta barrera.
Por otro lado, se ha dado un tránsito de evitar el efecto llamada a pretende mostrar que somos un país que presta una buena acogida (ética cívica) pero esto no se percibe en las administraciones públicas. Falta coordinación interdepartamental entre Servicios Sociales,  Educación y Seguridad. Cada cual actúa desde su competencia y la burocracia complica mucho las cosas. No se puede avanzar desde la divergencia, ni siquiera en paralelo. Esa cooperación interadministrativa es un reto para la administración.
Los inmigrantes siguen siendo etiquetados y vinculados sistemáticamente a temas de delincuencia, se encargan de aquellos trabajos que nadie quiere, la legalización de su situación se alarga demasiado en el tiempo, falta formación en ámbitos policiales para la atención a menores y el racismo inmobiliario es una realidad. Todos estos factores dificultan la integración, ya que no estamos siendo capaces de ver la inmigración como una oportunidad de enriquecimiento social.

Transformación digital
Ser joven o usar un teléfono móvil no implica ser digital. El 40% de la sociedad española no está digitalizada y tiene serias dificultades para adaptarse a las gestiones electrónicas. La tecnología avanza, pero no al servicio del ciudadano. En este campo hay también una brecha importante entre lo que se enseña en las universidades u otros centros y lo que requiere el mundo empresarial.

Cierre
En su intervención de cierre, Teresa Laespada agradeció el valor de las aportaciones recibidas, destacando la fuerza enorme de la ciudadanía y asegurando que la cogobernanza es un bien imprescindible. La candidata se mostró favorable a los pactos de rentas, intergeneracional y de carácter público-privado, señalando que, si bien el liderazgo político corresponde a la clase política, la responsabilidad de construir es de todas las personas. Como sociedad somos complejos y hay que gestionar esa diversidad, habilitando los mecanismos necesarios para que las administraciones y los diferentes sistemas hablen entre sí.


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