En la iniciativa presentada por el apoderado Isaac Fernández, también se reclama al Departamento de Patrimonio Cultural de la  Diputación Foral de Bizkaia que solicite un informe de la Comisión de Conservación del Patrimonio de Bizkaia del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro sobre este Palacio.
   Según explica el representante socialista, este inmueble, también conocido como Palacio de la Aduana, forma parte importante del Casco Histórico de la villa de Balmaseda, cuya calificación como Conjunto Monumental se produce por Decreto de Consejo de Gobierno 125/96 de 28 de mayo (BOPV nº 110 de 10 de junio de 1996) cuyo anexo resulta ser el régimen de protección.
   El edificio es un palacio barroco construido entre 1700 y 1710 con la intención de ser ocupado por quien fuera responsable de la aduana de Balmaseda. La representatividad se sustenta en su localización, centrada y aislada en una manzana entera de la villa.
   En el proyecto de rehabilitación previsto para el Palacio, se recoge la construcción de dos edificios anexos al propio Palacio y ocupando gran parte del jardín de este, con el fin de albergar en  uno de ellos un  SPA y jacuzzi, y en el otro las cocinas y un comedor para 250 comensales. Ambos anexos se construirán como cajas de estructura metálica y cierres de madera y cristal, con cubierta plana e irán unidos al edificio principal.
   “Nos parece que estos dos edificios anexos representan un claro agravio al edificio original, y no ‘que redunden en la  discreción y facilita que puedan pasar inadvertidos en el jardín’, como dice el informe del Jefe del Servicio de Patrimonio Cultural de esta Diputación, con fecha 7 de marzo de 2008”.
   Asimismo, ha agregado que “aunque, no estamos radicalmente en contra de que se cree una instalación hotelera, sí nos parece que ésta debiera de respetar la naturaleza del edificio y su jardín, sin añadidos ni anexos que distorsionen no solo el edificio, sino la propia naturaleza del Casco Histórico de la villa de Balmaseda”.
   Sin embargo, “las actuaciones previstas nos parece que ponen en serio peligro los grandes árboles existentes, (abeto gigante y secuoya donde suelen dormir las garzas locales) por sus dimensiones y características, así como por pasadas actuaciones urbanísticas cercanas recientes”.
   Del mismo modo, PSE-EE cree que “cercenar una de las escasas zonas verdes del Casco Histórico de Balmaseda, va en contra de armonizar una convivencia amable de los vecinos y de respetar  el propio Casco Histórico. “No entendemos cómo para la rehabilitación de los edificios privados del resto del Casco Histórico se les somete a una herramienta urbanística, como es el PERI y con lo que ello supone urbanística y económicamente, y por otra parte sea la propia administración local quien modifique dicho PERI, para ser adaptado a las actuaciones que poco tienen que ver con la conservación propuesta”, agrega Isaac Fernández en su iniciativa.
   Además, “entendemos que si el proyecto de rehabilitación del Palacio y su entorno goza de un importante esfuerzo económico por parte de las diferentes administraciones públicas (3 millones de euros del Gobierno Central), su posterior uso no revierta en el disfrute de al menos los jardines como espacio de uso público”.